Siempre solemos decir a nuestros pacientes que la medida para saber cuándo acudir al especialista en salud mental o al Terapeuta es cuando tienes problemas y solo no los puedes resolver. Entonces es momento de solicitar ayuda y dejar de lado nuestro narcisismo, o ideas de que «nosotros solos podemos». Recuerda que no vale la pena continuar y seguir sufriendo cuando con una ayuda profesional las puedes superar evitándote mayores malestares. Es bueno empezar a cuidar nuestras emociones, nuestra mente. Nos falta aprender a comprender y atenderla por falta de conocimiento. Debes saber que así como el cuerpo enferma, también nuestra mente adolece y enferma. Eso no es delito, ni tenemos que ocultarlo o sentirnos mal ni despreciados por la sociedad.

¿Te has dado cuenta de que cuando tienes problemas físicos ya has interiorizado y sabes que debes acudir al médico para que te curen? Pues lo mismo debes hacer cuando tus sentimientos van mal, o estamos decaídos, sin saber qué hacer. ¿Por qué vas a seguir temiendo ir al psicólogo o al terapeuta? Rompe ese temor y el recelo que te asalta. No pienses como antes se creía: “psicólogo no, no estoy loco, eso es para los loqueros”. Recuerda que ese dicho no es real. Es mejor prevenir y acudir a la consulta psicológica antes que se desarrollen cuadros muy complejos del tipo depresión, estrés, ansiedad, obsesión, fobia o la psicosis.

Te vamos a dar un ejemplo cotidiano de cuándo solicitar ayuda profesional:

Las circunstancias económicas que estamos viviendo están generando en el interior de las familias conflictos en las relaciones interpersonales producto del estrés y la ansiedad que genera la pérdida del trabajo. Esta situación desencadena estados emocionales que van desde una preocupación profunda acompañada de malestar, que cada vez se agudiza, hasta la irritabilidad, angustia, pérdida de sueño, ansiedad, depresión y en muchos casos el aislamiento, hundiéndose cada vez más en el sufrimiento. En otros casos se dan peleas constantes, sobre todo en las parejas (recordemos que con el estrés se pierde la capacidad de diálogo y de comunicación). Es en este momento que se necesita la ayuda del especialista para procesar lo que internamente te está aconteciendo. El poder hablar ayuda a pensar, y es ahí donde creativamente podemos encontrar alternativas de solución.

Nuestra mente es el motor que dirige toda nuestra vida y es importante que estemos bien para salir adelante.