«Quiero que quedemos todos los días» » Deberías haberme preguntado» «Tienes que cuidarme» » Quiero que estés ahí»
El perverso utiliza al otro como objeto.
El perverso es aquel que calma su angustia y malestar e intenta llenar su falta con la demanda y la exigencia.
Cuando nos posicionamos en la vida de una manera pasiva, somos marionetas. El otro, ya sea hij@, pareja, amig@ o sociedad, nos marca como deberíamos y tendríamos que hacer/decir/pensar/sentir.
Cuidado, porque esto se interioriza y puede volverse un diálogo propio.
Ser consciente, es el primer paso.
¿Reconoces estos diálogos en ti o tu entorno?
«Exigencia y demanda: Tener y deber»